La historia del mercurio de Almadén arranca de la etapa antigua. Los primeros datos del mercurio hispano aparecen en época cartaginesa, pero será hasta la etapa romana cuando alcance fama en todo el Imperio; los testimonios escritos que han quedado de esta época no dejan lugar a dudas (Plinio, Estrabón, Tito Livio, etc.).
Durante la etapa romana se usó esencialmente para la fabricación de espejos. Las minas de Almadén se continuaron explotando en la etapa árabe y posteriormente por los reyes cristianos. En el siglo XII, Alfonso VIII las entregó a la orden de Calatrava, comercializándose el cinabrio fuera de España desde el siglo XIII. En 1512, al final del reinado de los Reyes Católicos, la explotación del mercurio quedó como monopolio real y para beneficio de la corona. Fue Carlos V quien entregó la explotación de las minas a los Fúcares, como contraprestación al dinero prestado por los banqueros hamburgueses, para comprar parte de los príncipes electores de la Dieta que le debía designar emperador de Alemania.
Los Fúcares explotaron las minas alternativamente durante un largo periodo de tiempo, cesando la misma a comienzos del siglo XVII (1645). Almagró y Almadén tuvieron mucha relación en este periodo, ya que los Fugger o Fúcares, castellanizado el apellido, se establecieron en Almagro en esta época, por ser la zona más urbana de la Mancha. El almacén de los Fúcares estaba en la actual calle de La Feria, y las oficinas administrativas en lo que es actualmente la Universidad Popular, edificio conocido también como palacio de los Fúcares.
En el siglo XVIII las minas pasaron a depender de la Superintendencia de General de Azogues, mejorándose y ampliándose las instalaciones. Durante los siglos XVI-XVIII el mercurio se usó como medio de separar la plata de la ganga en las minas de plata del Potosí, por lo que era enviado a América en frascos. Después del parón de la Guerra de la Independencia, las minas de Almadén conocieron una etapa de expansión asociada al uso del mercurio para la fabricación de aparatos de precisión (termómetros, barómetros, etc.). En el siglo XIX el Estado español, falto de liquidez, arrendó las minas a la familia Rothschild por treinta años, los más fructíferos de todos cuantos conoció la minera del mercurio de Almadén. La empresa alemana continuó con su explotación, en condiciones diferentes, hasta 1921, momento en que las recuperó la Hacienda Española.
La explotación de las minas de Almadén continuó hasta el pasado siglo XX, pero la alta toxicidad y la aparición de otros sistemas digitales y electrónicos para los aparatos médicos y climatológicos, ha llevado al cierre de las citadas minas. El Parque Minero de Almadén ha sido convertido el Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2012.
Parque Minero de AlmadénMás Información
En la actualidad tiene visita guiada al interior de la mina, bajando a la planta 1ª, donde se puede contemplar la mina del Pozo y la del Castillo, la primera del siglo XV y la segunda del XVIII. La entrada se produce por un ascensor, bajando a 50 metros de profundidad, y la salida al exterior se realiza en un tren minero.
